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Cuéllar fue ésta una población donde convivieron las tres culturas medievales de la península: Judíos, Moros y Cristianos. Fruto de esta convivencia quedan vestigios como La Judería, La Calle de Morería o la Necrópolis musulmana de Santa Clara, auténticos testimonios en el amplio conjunto histórico medieval.
El Castillo Palacio de los Duques de Alburquerque es el edificio más emblemático de la villa, ya que sobresale con sus importantes torreones, un amplio Patio de Armas y una galería en la fachada sur renacentistas.
El Conjunto Amurallado de Cuéllar fue declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931, siendo uno de los más importantes de Castilla y León. Está formado por dos recintos, uno superior, más fortificado, y uno inferior, más urbano, ambos con contramuralla. La complejidad y variedad de sus puertas lo convierten en un bien patrimonial de la máxima importancia con una longitud aproximada de 2.000 m.
Su construcción se puede fechar a partir de la segunda y definitiva repoblación de Cuéllar por Alfonso VI en 1085, aunque no están documentadas hasta 1264. Se terminan de construir y reforman durante los siglos XII al XVI, destacando las obras llevadas a cabo por el II Duque de Alburquerque hacia el año 1500.
Su ubicación en la parte más alta del municipio le proporciona una situación privilegiada para la vigilancia y la defensa, destacando sobre el conjunto el Castillo – Palacio de los Duques de Alburquerque, principio y fin de las mismas.
Pero, a parte de su valor histórico, artístico y monumental, las murallas de Cuéllar son un magnífico mirador para contemplar una villa llena de historia enmarcada en un mar de pinares. Una imagen que te costará olvidar.
La pérdida de su funcionalidad defensiva hizo que las murallas perdiesen interés y pasasen a ser un freno para el crecimiento de la Villa, por lo que el abandono continuado y los permisos que se fueron otorgando a particulares para construir junto a la muralla apoyando incluso las vigas de las viviendas sobre la muralla se convirtieron en la pauta generalizada.
En el siglo XVII, a pesar de las multas que imponía el Concejo de Cuéllar, la población ya empezó a llevarse piedras de las murallas para la construcción o reparación de sus viviendas.
En el siglo XX, a pesar de que fueron declaradas en el año 1931 como Conjunto Histórico Artístico, el abandono y deterioro siguió aumentado hasta que en el último tercio del siglo que comenzaron los trabajos de restauración en algunos paños junto a las puertas de San Martín y San Basilio.
El Castillo de Cuéllar se sitúa en la parte más alta de la villa, su origen estaría entorno al siglo XI con arquitectura mudéjar, pero la mayoría de lo que se conserva en la actualidad corresponde a los siglos XV y XVI a partir de que el rey Enrique IV en 1464 cede la villa de Cuéllar y el castillo a D. Beltrán de la Cueva, Duque de Alburquerque.
El castillo tiene planta rectangular con cuatro torres en las esquinas, tres de ellas circulares. En el interior se abre un patio de columnas que sostienen una doble galería con arcos rebajados del siglo XVI, al que se abren los diferentes salones decorados con artísticas techumbres, artesonados de estuco y vigas talladas.
La puerta sureste. Los restos arquitectónicos más antiguos que se conservan son del siglo XI en la antigua puerta mudéjar del lado sureste del castillo.
Declaración
Las murallas de Cuéllar han sido declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931, ocupan gran parte del Conjunto Histórico de la Villa.
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